Declarado Bien de Interés Cultural.

Es uno de los principales referentes extremeños en la investigación del arte rupestre prehistórico regional. Se descubrió a mediados de la segunda década del siglo XX gracias a los trabajos de prospección de Henri Breuil y su incondicional acompañante Tomás Pareja, quienes recorrieron toda esta sierrilla entre los días 31 de mayo y 2 de junio de 1916.  Distintos estudios por varios autores se han ido publicando a lo largo de los años.

Sin embargo, no será hasta el año 1998 cuando se publican los resultados de un nuevo estudio sobre La Calderita, cuya finalidad era revisar y actualizar las consideraciones e interpretaciones vertidas en los estudios precedentes. La encargada de realizar este necesario trabajo fue Magdalena Ortiz Macías, quien, dentro de un estudio monográfico sobre el arte rupestre esquemático de la Comarca Sur de Mérida, presenta los calcos de esta estación rupestre realizados a partir de la copia directa de las pinturas, consiguiendo una buena y exhaustiva documentación del conjunto.

Tal y como dijo Mélida, se trata de un conjunto del más puro estilo esquemático, tanto por la técnica utilizada como por las tipologías y temas representados. El abrigo está en una gran pared cuarcítica y supera los diez metros de longitud. Sus amplias superficies rocosas sirvieron como lienzo sobre el que se plasmaron varios centenares de figuras realizadas con pintura de color rojo y trazos continuos de diferentes grosores, combinando el uso de trazos gruesos realizados con la yema del dedo para unas figuras y trazos finos para otras, estos últimos realizados con pequeños pinceles o apliques de fibra vegetal o animal.

Su variedad temática es variopinta reuniendo un importante conjunto iconográfico en el que se combinan y asocian figuras de muy variadas tipologías: ramiformes, esteliformes, zooomorfos, signos geométricos, antropomorfos, bitriangulares, espirales, puntos, barras, pectiniformes, etc. Todo ello conformando un mensaje pictórico, a fecha actual indescifrable, en el que sin ninguna duda se plasmaron diferentes aspectos (sociales o religiosos) de las sociedades o grupos humanos que participaron en la creación de esta obra hace más de 5.000 años.